¿Qué es la anorexia nerviosa?

La anorexia nerviosa es un trastorno grave de la conducta alimentaria. La persona que manifiesta este trastorno presenta un peso inferior a lo esperado de acuerdo a su edad, sexo y altura. El peso se pierde por ayunos o reducción extrema de la comida, pero casi la mitad de ellas recurren también al vómito autoinducido, al abuso de laxantes o diuréticos y el ejercicio extenuante para perder dicho peso.
La anorexia es un proceso y no un fenómeno que aparece súbitamente. “Nadie se acuesta sano o sana y se levanta anoréxico o anoréxica”. Es sin duda alguna, uno de los tipos más frecuentes dentro de los trastornos de la alimentación, no solo por su incidencia sino también por su índice de mortalidad, la cual la ubica dentro de los trastornos más peligrosos en lo que se refiere a la salud física y mental.
Proviene del griego “an” prefijo de carencia o privación y “orexis” apetito. Si tomáramos el término de manera literal “falta de apetito”, nos estaríamos refiriendo solamente a un síntoma de los muchos que se presentan en este trastorno.
Cuando hablamos de anorexia nerviosa, nos encontramos en un caso en el que la persona, lejos de carecer de apetito, se comporta como un «organismo hambriento», es decir no come, pero no deja de pensar en cuáles son los alimentos idóneos que debe ingerir para no estar con sobrepeso.
De los casos atendidos en entidades públicas y privadas se puede inferir que la anorexia nerviosa normalmente se inicia en la pubertad y adolescencia temprana, ya que se trata de una etapa del desarrollo que entraña y exige cambios muy grandes, y como es de conocimiento quien la padece tiene poca capacidad para adaptarse a los cambios bruscos que plantea el desarrollo personal.
¿Cuáles son los síntomas de la anorexia nerviosa?
Uno de los criterios que merece mayor atención es la pérdida de peso. Sin embargo, la línea que separa lo que sería “mínimamente normal” y “el peso bajo” no es tan clara. En parte por la inexistencia de estudios que identifiquen el momento de instauración de los síntomas de inanición. Por lo general, los pacientes buscan tratamiento médico en centros de atención especializada después de un mínimo de 6 a 12 meses de evolución, cuando los síntomas se van agravando y haciendo mucho más notorios para terceros. De aquí que suelen ser los padres los últimos en identificar el manifiesto de este trastorno. Siendo los maestros o familiares lejanos quienes a través de sus comentarios ponen en descubierto la enfermedad.
Tomando en cuenta el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría; debemos reconocer la presencia de anorexia nerviosa al estar presente el rechazo a mantener un peso corporal mínimo, inferior al 85% del peso considerado normal para la edad y talla de acuerdo a las tablas pediátricas de crecimiento. Un miedo intenso a ganar peso. Una alteración significativa de la percepción de la forma o tamaño del cuerpo. Especialmente una alteración de la percepción del peso y de la silueta corporal enfatizando en el abdomen, glúteos y muslos, percibiéndolos como demasiado gordos. Además las mujeres afectadas de este trastorno, aunque hayan pasado a la menarquía (aparición de la primera menstruación), sufren amenorrea (ausencia de menstruación) debido a niveles anormales bajos de estrógenos.
Los rasgos clínicos de la anorexia nerviosa son fácilmente reconocibles
De tal forma que, el diagnóstico resulta fiable con un alto grado de concordancia entre clínicos especializados. Los estudios de seguimiento han demostrado que, entre los enfermos que no se recuperan, una proporción considerable continúa mostrando de manera crónica las características principales de la anorexia nerviosa. También existen síntomas clínicos que van desde la resequedad en la piel, la pérdida de cabello, cansancio o agotamiento sin razón aparente. Laceraciones en los nudillos producto de introducir los dedos en la boca para recurrir al vómito. Yagas en el interior de la boca, gastritis, estreñimiento, esofagitis, descalcificación moderada y grave. Aumento de vellosidad especialmente en los brazos, muslos y piernas. Síndrome del intestino perezoso, arritmias cardíacas y lo más grave; la muerte.
A nivel conductual los pacientes también enfrentan cambios. Se muestran más irritables, se enojan con facilidad, su estado de ánimo se muestra muy cambiante. Se aíslan y se concentran solo en ellos. Comienzan a usar ropas holgadas y sus temas de conversación empiezan a girar en torno al cuerpo o peso. Las restricciones frente a la comida los llevan a investigar sobre las tablas calóricas de los productos que consumen llevándolos a limitarse por unos pocos platillos. La vida académica se ve alterada ya que la capacidad para concentrarse se ve afectada.
¿Cuáles son los tipos de anorexia nerviosa?
De tipo restrictivo
Que se caracteriza por el adelgazamiento debido a una menor ingesta calórica. Durante el episodio de anorexia nerviosa restrictiva, la persona no se embarca regularmente en ciclos de atracones y/o purgas.
De tipo compulsivo-purgativo
Que es aquel donde se recurre regularmente a los atracones o a las purgas. En este último caso, la persona afectada se provoca el vómito después de las comidas o usa con frecuencia laxantes, diuréticos o enemas. Este segundo tipo de anorexia se diferencia de la bulimia porque, en la anorexia, el peso corporal se mantiene por debajo del nivel normal mínimo para la edad y talla.
¿Cómo se puede curar la anorexia nerviosa?
Es sabido que el comienzo de este tipo de patología suele ser insidioso y con frecuencia pasa desapercibido por la familia o el sistema escolar. De aquí la importancia de una detección temprana, ya que el inicio de tratamiento temprano mejora la respuesta y el pronóstico.
Lo importante es destacar que, ya que se conocen los graves efectos físicos y psicológicos de la restricción alimentaria es fundamental la rehabilitación nutricional. Sin una mejora del estado nutricional, no puede hacerse un buen tratamiento psicológico.
Al encontranos frente a un desorden multifactorial se requiere de un tratamiento multidisciplinario. El cual consiste en un seguimiento clínico y en algunos casos, soporte médico psiquiátrico que acompañará el abordaje psicoterapéutico. El tratamiento tiene como base el grupo de autoayuda, sumado a la terapia individual que nos garantiza la recuperación de la salud en un menor tiempo.
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